domingo, 6 de marzo de 2011

Lo simple es más sencillo

Los niveles de organización en nuestra vida y su orden para empezar a simplificarla son los siguientes:

Nuestras cosas: todo aquello que nos rodea físicamente todo el tiempo - nuestro escritorio, nuestro cuarto, las cosas en él, nuestros espacios personales...
Nuestras finanzas: el dinero con el que contamos, nuestro sueldo, nuestros ahorros, nuestras inversiones y todo su manejo...
Nuestro tiempo: el manejo de nuestro tiempo, su uso y planeación efectiva...
Nuestra salud: el cuidado de nuestro cuerpo, nuestra alimentación, nuestro descanso, el manejo del estrés en nuestra vida...
Nuestras relaciones: empezando por las relaciones más importantes: Dios y nuestra familia, después nuestras amistades y las relaciones en general con todos los que nos rodean, incluyendo todos los otros seres vivos: animales y plantas...
Nuestra pareja: si estamos casados o tenemos novio/a, si elegimos permanecer solteros... Todo esto influye en nuestra complicidad o sencillez de vida.
Nosotros mismos: somos talvez los seres más complicados de todos. Podemos fácilmente ayudarle a otros a hacer más sencilla sus vidas, pero cuando se trata de nosotros mismos y nuestra propia vida solemos fracasar.

Por ahora, una pequeña tareíta: Saca un espacio de tu tiempo para estar a solas contigo. Durante ese espacio tóma un tiempo para analizar cada una de las áreas nombradas anteriormente. Califica de 1 a 10 (siendo 10 el mayor y 1 el menor puntaje) tu nivel de satisfacción y de complique en cada una de esas áreas. Si puedes, busca identificar qué es lo que ha complicado ese área, y qué acción concreta podrías ir tomando para cambiar las cosas.


Extraido de David Roncancio, Coaching de vida: lo simple es más sencillo

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